Revoluciones laborales: de la Revolución Industrial al home office
Durante el último año y medio hemos vivido cambios en muchos aspectos de nuestras vidas, pero uno de los aspectos que cambió de manera más radical fue la manera en la que trabajamos.
En la historia se han vivido pocos cambios como este, así que es inevitable hacer algunas comparaciones para entender mejor el impacto del cambio que estamos viviendo actualmente en el terreno laboral.
La primera Revolución Industrial
A mediados del siglo XVIII en Gran Bretaña comenzaron a notarse una serie de cambios que afectarían la producción de bienes y el consumo de los mismos, y por ende el trabajo que se existe detrás de ellos.
El desarrollo e implementación de nuevas tecnologías para acelerar la producción llevó a la creación de fábricas. Esto cambió completamente el juego para industrias como la textil, ya que, donde antes el trabajo se hacía por individuos en sus casas a través de procesos largos, ahora era posible acelerarlo gracias a la implementación de máquinas de hilar.
El aumento de la población y la crisis agraria, causaron fuertes migraciones del campo a la ciudad. Esto provocó que muchas personas se unieran a las filas de los trabajadores asalariados de las fábricas y talleres de las grandes ciudades.
De esta manera nació un nuevo agente dentro del sector laboral: el obrero. Personas que trabajaban en la producción de los bienes sin ser propietarios de los medios para producirlos.
Otro de los cambios que se vivieron gracias al desarrollo tecnológico, fue el aumento en la capacidad para transportar los productos fuera de las fronteras nacionales y agilizar su distribución dentro de estas.
Los derechos laborales
Como todo en esta vida no todo puede ser completamente positivo, la Revolución Industrial trajo con ella nuevos problemas laborales. La explotación dentro de las fábricas con horarios inhumanos y nula seguridad laboral son solo la punta del iceberg que obligó a los obreros a organizarse para buscar mejores condiciones laborales.
A mediados del siglo XIX en Europa comenzaron a surgir leyes para regular las condiciones laborales. Aunque el trabajo no fue sencillo y solo fue posible gracias a la cantidad de movimientos obreros sucedidos en el siglo XIX y principios del XX. En México, la pelea por estos derechos fue uno de los detonantes para la Revolución Mexicana. Es por esto que uno de los puntos más importantes de la Constitución de 1917 fue el asegurar los derechos laborales.
Home office, ¿una revolución laboral?
Desde la expansión del uso del internet a principios del milenio trabajar a distancia se ha convertido en una opción más para los trabajadores de algunos campos. Sin embargo, no podemos negar que el último año nos ha dejado ver hasta dónde podemos llevar esta opción con la normalización del home office.
El home office no es otra cosa que trabajar desde casa, con todo lo que esto conlleva. Desde organizar nuestros tiempos y volvernos más autónomos en nuestras formas de trabajo, hasta aprender cómo transformar nuestras dinámicas de equipo para que el home office pueda rendir resultados iguales o mejores a los que se pueden conseguir dentro de una oficina normal o que labora de forma presencial.
Al igual que con el nacimiento de las fábricas durante la Revolución Industrial, la posibilidad de trabajar desde nuestros hogares nos ha presentado una nueva y atractiva forma de trabajo. En medio de esta pandemia el home office nos permitió continuar trabajando y conservar cierta estabilidad en medio del caos.
Sin embargo, aun cuando avanzamos hacia una nueva normalidad, este sistema sigue atrayendo a los trabajadores. El ahorro en tiempo y dinero al no requerir transportarse a una oficina y la oportunidad de balancear mejor la vida privada y la laboral, son algunas de las ventajas que han hecho que muchas personas busquen mantener viva esta modalidad de trabajo más allá de la pandemia.
También es importante resaltar que este modelo de trabajo probó ser sumamente efectivo para muchas empresas, y que le permitió a muchas personas encontrar oportunidades de trabajo, incluso fuera del país, sin necesidad de salir de su casa.
El home office ha demostrado que es posible establecer equipos de trabajo dinámicos, eficientes y hasta internacionales, acabando con muchos prejuicios y barreras preexistentes en el sector laboral.
Aun así, como toda revolución laboral, con el home office también se han presentado problemas. Desde el recelo de algunos trabajadores a adaptarse al modelo hasta el abuso de algunos patrones al comenzar a invadir horarios de descanso.
Así que, si te interesa conocer mejores estrategias para colaborar de manera digital y evitar esta clase de problemas te invitamos a revisar nuestro curso:
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Referencias:
Revolución Industrial- Wikipedia
Labour Law - Wikipedia
Home office: qué es, cómo hacer y buenas prácticas para rendir desde tu casa - RD Station