Nuevos hábitos, dinámicas y rutinas son las que construimos ante la amenaza latente de un nuevo virus. Interactuar era algo que teníamos que hacer si o si. Ahora es cotidiano realizar videollamadas y videoconferencias para charlar, convivir, organizarnos y seguir realizando actividades escolares, laborales y profesionales.

Hay cambios que como sociedad tenemos que hacer por “necesidad”, que más bien a modo de presión terminamos implementando. “Es que hay que modernizarse”, “Lo de hoy es el internet”, “Las nuevas generaciones dominan la tecnología”, “sino existes en internet no existes”. Estos y otros pensamientos abundan y es que no siempre se toman tan a la ligera, el uso tecnológico ha llegado tan rápido y cambia constantemente que la humanidad somos quienes tenemos que correr para alcanzarlo.

¿Sabías que el uso y acceso a la tecnología puede ser un factor de discriminación?

Hay que recordar que el desarrollo de la tecnología es resultado de procesos sociales que se suscitan de manera global y que existen distintos factores que provocan que las zonas geográficas del mundo se constituyan como contextos específicos.

Para poder participar en determinados momentos históricos en la toma de decisiones del mundo, es necesario compartir habilidades, competencias y rasgos en común. Actualmente en el entorno digital para involucrarse hay que conocerlo, comprenderlo, practicar y aún con ello hay problemáticas que se presentan.

Gianpiero Petriglieri, profesor de INSEAD y Marissa Shuffler, profesora de la Universidad Clemson, sostienen que hay claves de la comunicación que se pierden en una videoconferencia como el tono de voz, gestos físicos y una parte de las expresiones faciales. Por ende, tiene que prestarse más atención y a la larga resulta más agotador.

¿Cuánto del lenguaje corporal y no verbal contribuye a la comunicación? Yago de la Cierva, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones del IESE, dijo a EL PAÍS que representa más de dos tercios y contribuye a compartir, interpretar y dar sentido a las cosas.

¿Cómo mejorar la comunicación en videoconferencias o videollamadas?

A modo de evitar que se presenten complicaciones, problemas comunes y no resulte tormentoso adaptarse a integrar estas dinámicas a nuestra cotidianeidad, queremos contribuir contándote cómo entrarle y por dónde.

Estas son algunas recomendaciones para mejorar la comunicación que sostenemos a través de videollamadas o videoconferencias:

Prepárate, pon manos a la obra y comunícate

Es importante realizar una planeación previa respecto al objetivo a tratar y al espacio desde el que te desenvuelves.

Denomina en una agenda las acciones que van a realizarse y compártela con tu equipo para que estén en sintonía. Confirma el envío y verifica la participación de asistentes y ponentes

Toma en cuenta la cantidad de participantes, así al considerar el tiempo de participación de cada miembro tendrás el total de la duración de la videoconferencia. 

Una videoconferencia que no es interactiva puede ser tediosa y agotadora. Hay diversos estudios que comprueban lo negativo que esto representa.

Lo ideal es un espacio sin ventanas, además nunca enfoques tu cámara a una ventana y si es posible consigue cortinas que impidan el reflejo de la luz.

La luz difusa es la mejor opción. Respecto al lugar procura que el espacio tenga colores neutros como gris o azul, las paredes lisas y sin adornos son una buena opción.

Tu imagen es el primer mensaje en una videoconferencia. Saludar antes de empezar es un acto de cordialidad, de preocupación por tu equipo, es trabajo sí, pero hacer el ambiente lo más ameno y relajado posible, suma mucho. Igualmente despídete con amabilidad.

Cámara y encuadre. Comprueba qué se verá antes de conectarte. Es la imagen que mostrarás al resto y es agradable cuando se presta atención a ello.

Comunicación corporal y no verbal. A diferencia de una llamada por teléfono, el resto de asistentes pueden vernos, así que nuestros gestos, si bostezamos o no, nuestra postura y nuestra mirada importan mucho.

A nivel oral. Hablar claro y con un volumen constante es lo más recomendable. Puedes pausar a menudo para hacer una reflexión, si es que se planea y organiza la participación de tu equipo se pueden permitir réplicas. Indica con claridad que has terminado de hablar.

A nivel visual. Mantén los gráficos, presentaciones o cualquier recurso que utilices más tiempo de lo habitual. Procura que los mismos tengan buena calidad, evita usar transparencias en los gráficos y moverlos constantemente.

¿Y cómo nos organizamos? Platiquen siempre cómo quieren gestionar una reunión, por chat es que pueden alinearse sobre cómo prefieren trabajar y complementarse.

Que todas y todos hablen. Fomenten la participación de las y los asistentes, las conversaciones se tornan más abiertas cuando hay garantía y comodidad de compartir por igual. Que se otorgue la palabra a cada participante es más equitativo.

Las personas deben procesar más y más información; filtrar, discriminar, pesar, valorar, retener, combinar y olvidar. Será más fácil colaborar para aprender. Vamos a compartir las cosas que sabemos con aquellas personas que tienen dudas o que quieren mejorar en la práctica y adquisición de nuevas habilidades.

Si realizas videoconferencias o videollamadas frecuentemente para realizar tus actividades profesionales, escolares o para charlar y convivir o si conoces a alguien que lo haga, no dudes en pasarle esta información, puede ser de mucha ayuda. ¡Compartamos y crezcamos en conjunto! Esto es todo por hoy querida lectora, querido lector. Hasta la próxima.

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REFERENCIAS:

LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN EN LA MODERNIDAD 

EDUCACIÓN E INTERNET, ¿LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN?

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